La ascéntica: busca la elevación moral del hombre por medios de ejecicios de penitencias y meditaciomes.
La mística: es un estado superior reservado a alguna almas escogidas por Dios.
Santa Teresa de Jesus: Nació en Ávila en 1515 y murió en 1582. Tuvo una vida religiosa dedicada a los ejercicios ascéticos y a la búsqueda de la unión místia. Escribia poesia y prosa para las monjas.
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
San Juan de la Cruz: Su vida estuvo consagrada a la oración y a la reforma de este orden, fundo varios conventos en Andalucía y Castilla.
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
Pastores, los que fueres
allá por las majadas al otero,
si por ventura vieres
aquel que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
no cogeré las flores,
ni temeré a las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
Fray Luis de Leon: Poeta inspirado en el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios.
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
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